Hacia 1850, surgen en Francia una serie de escritores que presentan el Realismo como una nueva estética, alejada de la romántica. En 1856, en la revista “Réalisme”, podemos leer: “El Realismo pretende la reproducción exacta, completa, sincera, del ambiente social y de la época en que vivimos... Esta reproducción debe ser lo más sencilla posible para que todos la comprendan”. este Por ello, esta estética define a un movimiento cultural característico de una sociedad burguesa a la que no agradaban las fantasías idealistas románticas. Aparece así un nuevo estilo literario, centrado, sobre todo, en la novela de la última parte del siglo XIX, que cuenta en Europa con autores como los franceses Balzac, en las novelas de La comedia humana; Stendhal, observador del corazón humano en Rojo y negro, La Cartuja de Parma o Flaubert, por su conciencia estética en Madame Bobary; el inglés Charles Dickens, por su captación de los humildes en Oliver Twist o los rusos Tolstoi, por su humanitarismo en y Dostoievsky, por su fuerza en Crimen y castigo y Los hermanos Karamázov.
Para el desarrollo de nuestra prosa realista tuvo una gran importancia el auge del periodismo, el artículo de costumbres y la tradicional inclinación española hacia el realismo (picaresca, novela cervantina, cuadro de costumbres). Nuestra novela realista triunfó en una sociedad dirigida por la burguesía que prefiere las cuestiones prácticas y la realidad frente a la expresión del sentimiento personal romántico.
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| Charles Dickens |
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| Stendhal |
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| Honoré de Balzac |
