Buscar este blog

11/4/20

TRISTANA (Tristana, 1892).

“Desde que te quiero -a su amigo decía-, no tengo miedo a nada, ni a los toros ni a los ladrones. Me siento valiente hasta al heroísmo, y ni la serpiente boa ni el león de la selva me harían pestañear.”
Me llamo Tristana y soy una mujer de carácter fuerte, un poco rebelde y muy independiente. Quiero ser libre al fin y tengo una gran pasión dentro de mí. Haré todo lo que este en mi mano para conseguir la libertad con la que sueño aunque, esto signifique enfrentarme a la pintura, la literatura o el teatro.
Aunque me discriminen porque sea una mujer con educación, voy a defender lo que realmente valgo sin importar la discriminación que reciba.
(Texto de creación, realizado por las autoras).


10/4/20

JACINTA (Fortunata y Jacinta, 1887).

"Sabía triunfar del amaneramiento con el arte, y cualquier perifollo anunciaba en ella una mujer que, si lo quería, estaba llamada a ser elegantísima. Por su talle delicado y su figura y cara porcelanescas, revelaba ser una de esas hermosuras a quienes la Naturaleza concede poco tiempo de esplendor, y que se ajan pronto, en cuanto les toca la primera pena de la vida o la maternidad."

Me llamo Jacinta, y soy la única mujer de Juanito Santa Cruz. Procedo de una familia acomodada y soy una mujer altamente devota; por lo que sé que he de obedecer y ser fiel a mi marido (aunque él no siempre lo haya sido...). Sé que gozo de privilegios y considero uno de ellos casarme con el mismísimo Juanito, a quien todo el mundo tiene en boca. Era tan atento, tan bueno, tan perfecto; pero no se imaginan ustedes lo que ha cambiado.


Desde que estoy casada, siento cada vez más la necesidad de tener un hijo propio, ¿saben? Quiero tener a mi pequeño entre mis brazos y acunarle… 
Juanito dice que me estoy volviendo loca, ¿qué sabrá él de la locura? Si ha estado con esa muchacha…¿Cómo la llamaban? ¿La Pitusa? Una simple mujer de barrio que seguramente no supiera de leer ni escribir y que, sin embargo, ha tenido el único hijo de mi esposo... Siento verdadera lástima por ella, por el trato que recibió de mi marido y de su forma de vivir, por eso cuidaré de su pequeño como si fuera el mío propio.


(Texto de creación, realizado por las autoras).





FORTUNATA (Fortunata y Jacinta, 1887).

“-¿Sabes de qué me río? De pensar en la cara que habría puesto tu mamá si le entras por la puerta una nuera de mantón, sortijillas y pañuelo en la cabeza, una nuera que dice diquiá luego y que no sabe leer.”
Me llamo Fortunata y soy una mujer de la calle. Lo único que tengo ahora es a Maximiliano, mi marido. Sé que intenta controlarme, porque sé que su familia quiere que sea una buena mujer cristiana, de las que son muy refinadas y muy finas, ¿saben? Pero es que yo no soy así. 



Me costó creerme que él quisiera casarse conmigo porque él es un hombre muy bueno, muy bueno, que no se merece estar con una mujer como yo, una mujer que no sabe ni leer ni escribir. Y yo intento ser buena...Yo lo intento, pero se me pone delante Juanito, con esa carita de ángel y llamándome "nena", y es que yo por Juanito haría cualquier cosa, ¿me oyen? ¡Cualquier cosa! Pero yo estoy casada con Maxi y ni siquiera sé si le quiero. 


Yo sé que no puedo estar con Juanito, pero algo dentro de mí me empuja a no dejarle ir, ¿cómo voy a dejar que esté con otra? Yo quiero que él esté conmigo, aunque yo sea muy poco pa' él; yo le quiero y sé que él también me quiere a mí. Al menos eso espero, porque yo soy la madre de su único hijo...




(Texto de creación, realizado por las autoras)



9/4/20

ROSALÍA DE BRINGAS (La de Bringas, 1884).

«Era una dama hermosa, mucho más joven que su marido, que en edad aventajábala como unos tres lustros»


Me encantan los vestidos, los anillos, los collares, los bolsos y los sombreros. Me hacen mucho más hermosa y quiero que todos me vean así y me quieran como a una más. No me importa todo lo que tenga que hacer para conseguir todo el dinero y las joyas que tengo, incluso si para ello tengo que estar con hombres a los que no amo o algunas veces robar.

Sé que mi marido nunca me ha valorado ni querido, pues me trata como si fuera su esclava. Siendo sincera, al menos así no me da lástima ni vergüenza vivir la vida que llevo. Sé que la única forma de conseguir mis lujos y ser feliz implica resquebrajar mi matrimonio. 



(Texto de creación, realizado por las autoras)




AMPARO SÁNCHEZ (Tormento, 1884).

“Desde que te quiero -a su amigo decía-, no tengo miedo a nada, ni a los toros ni a los ladrones. Me siento valiente hasta al heroísmo, y ni la serpiente boa ni el león de la selva me harían pestañear.”
Soy Amparo y mi infancia más temprana fue verdaderamente difícil, puesto que crecí siendo criada de mis primos Francisco y Rosalía Bringas; esto se debe a mi condición de huérfana.
Soy consciente de que he sido víctima de la envidia de mi prima, por enamorarme de mi primo Agustín Caballero. Ella quería casar a su hija de diez años con él, pero Agustín siempre me quiso a mí. 
Mi pasado me persigue y sé que he cometido muchos errores a lo largo de mi vida, errores que me niego a recordar, como mis relaciones con Pedro Polo cuando aún este era sacerdote. ¡Perdóname Dios por hacer tanto daño a la honra de mi familia, pero nunca más seré así! Ahora soy una mujer hecha y derecha y tan solo quiero olvidarme de mi época de criada y malas decisiones. 

Tengo un gran corazón, a pesar de que no siempre me haya sido fácil ser quién soy y haya cometido muchos errores. Agustín, que antes creía ser idóneo para mí, ahora creo que está poniendo fin a mi propia vida. Yo lo único que quiero es ser libre y valiente.



8/4/20

MUJERES EN LA OBRA DE GALDÓS.


Cuando se cumplen cien años de la muerte de Benito Pérez Galdós, reivindicamos la figura de un escritor crítico con la sociedad de su tiempo, comprometido con la España que le tocó vivir y un eterno defensor del papel de la mujer, que convierte a estas en las verdaderas protagonistas de sus grandes novelas. Mujeres inquietas, luchadoras, visionarias o resignadas, con una gran profundidad psicológica, con una personalidad única, alejadas de esteriotipos, pero siempre en busca de su destino.

El interés de Galdós por visibilizar a la mujer, independientemente de su posición y clase social, convierte a Galdós en el novelista de la mujer.
Fortunata y Jacinta' en alta definición | El Cultural